Información de salud


Instrucciones de alta para la celulitis (niños)

Le han diagnosticado celulitis a su hijo, una infección que primero afecta a las capas más externas de la piel. Con el tiempo, puede propagarse a tejidos cutáneos más profundos. La celulitis es causada por bacterias. Las bacterias pueden entrar al cuerpo a través de cualquier tipo de abertura en la piel, tal como un corte, un rasguño, una llaga o una mordedura de animal, o bien a través de sarpullido que rompa la piel. En el hospital, es posible que a su hijo le hayan administrado antibióticos por vía intravenosa (i. v.). A menudo, el niño seguirá tomando estos antibióticos por vía oral en su casa. Siga estas instrucciones para el cuidado del niño en la casa.

Cuidados en la casa

  • Eleve la zona infectada del niño, de ser posible. Esto ayudará a reducir la hinchazón.

  • A fin de prevenir las infecciones, lávese las manos antes y después de tocar cualquier tipo de cortes, rasguños o vendajes.

  • Mantenga limpia la zona infectada.

  • De ser necesario, colóquele vendajes o gasas limpios según le indique el proveedor de atención médica de su hijo.

  • Asegúrese de que su hijo termine todos los medicamentos que le recetaron. Si no los termina, la infección puede presentarse de nuevo. Además, no terminar los medicamentos puede hacer que las infecciones futuras sean más difíciles de tratar.

  • Dele a su hijo un analgésico según le indique el proveedor. Pregúntele al proveedor si se recomienda darle un analgésico de venta libre. También pregunte la dosis adecuada según la edad y el peso de su hijo.

  • Tómele la temperatura si su hijo parece afiebrado y está tibio al tacto (véase “La fiebre en niños” más adelante). Indíquele al proveedor de su hijo el lugar exacto donde tomó la temperatura (boca, recto o axila).

Visitas de control

Programe una visita de control según le indique el proveedor de atención médica de su hijo. 

Cuándo llamar al proveedor de atención médica de su hijo

Llame al proveedor de atención médica de inmediato si el niño presenta cualquiera de los siguientes síntomas:

  • dificultad o dolor al mover las articulaciones por encima o por debajo del área infectada;

  • secreción o pus procedentes de la zona afectada;

  • fiebre de 100.4 °F (38 °C) o más alta, o según le indique el proveedor de su hijo (véase “La fiebre en niños” más adelante);

  • escalofríos con temblores;

  • dolor o enrojecimiento que empeora en la zona afectada o cerca de ella, particularmente si la zona enrojecida se expande;

  • hinchazón de la zona infectada;

  • vómitos.

La fiebre en niños

Use siempre un termómetro digital para tomar la temperatura de su hijo. Nunca use un termómetro de mercurio.

En el caso de bebés y niños pequeños, asegúrese de usar correctamente el termómetro rectal. Un termómetro rectal puede hacer un orificio (perforar) accidentalmente en el recto. También puede transmitir los microbios de las heces. Siga siempre las instrucciones del fabricante del producto para usarlo adecuadamente. Si no se siente cómodo midiendo la temperatura rectal, use otro método. Cuando hable con el proveedor de atención médica de su hijo, infórmele qué método usó para tomar la temperatura del niño.

A continuación, se presentan algunas pautas relacionadas con la temperatura de la fiebre. La temperatura tomada en el oído no es precisa antes de los 6 meses de edad. No le tome la temperatura oral a su hijo hasta que tenga, por lo menos, 4 años.

Bebé menor de 3 meses:

  • Pregunte al proveedor de atención médica de su hijo cómo debe tomarle la temperatura al niño.

  • Temperatura rectal o en la frente de 100.4 °F (38 °C) o más alta, o según le indique el proveedor.

  • Temperatura debajo del brazo (axilar) de 99 °F (37.2 °C) o más alta, o según le indique el proveedor.

Bebé o niño pequeño de 3 a 36 meses:

  • Temperatura rectal, en la frente u oído de 102 °F (38.9 °C) o más alta, o según le indique el proveedor.

  • Temperatura debajo del brazo (axilar) de 101 °F (38.3 °C) o más alta, o según le indique el proveedor.

Niño de cualquier edad:

  • Picos de fiebre repetidos de 104 °F (40 °C) o más alta, o según le haya indicado el proveedor.

  • Fiebre que dura más de 24 horas en un niño menor de 2 años. O fiebre persistente durante 3 días en un niño de 2 años o más.

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